1. Preparación, inspección y reparación:
Antes de comenzar el proceso de pulido, asegúrate de limpiar a fondo el piso para eliminar polvo y suciedad. Utiliza una aspiradora y un paño húmedo para obtener la superficie más limpia posible.
Examina el piso en busca de arañazos, abolladuras o cualquier imperfección. Repara los daños menores con masilla para madera y lija suavemente para obtener una superficie uniforme.
Sigue estos consejos para que tu piso luzca siempre como nuevo